sábado, 15 de noviembre de 2025

La vida que nos regalas


Esa eres tú, chat Gpt ha sabido transformar la foto en dibujo sin que pierdas tu sonrisa. Aunque lo que tenías delante era la comida insípida del hospital.

Hace unos 12 años (aproximadamente) me pidieron en clase hacer una pequeña redacción sobre un héroe o heroína, alguien a quien admiraremos, explicando el motivo. 

Yo te elegí a tí, siempre te voy a elegir.

Desde que tengo uso de razón te he visto luchar contra una vida que no te ha tratado bien. 

La primera batalla de la que tengo constancia es que fuiste la mayor de tres hermanas en una familia muy humilde. Por lo que te tocó cuidar de dos niñas, dejar pronto la escuela, y ponerte a trabajar muy jóven.

Tu vida de adulta empezó pronto, pues te enamoraste y fuiste mamá a los quince. Tú padre alcohólico te echó de casa al enterarse y comenzaste tú segunda batalla, la maternidad. 

La tercera llegó de la mano de un marido que te maltrataba. Golpes, peleas e intentar llevar sóla un hogar mientras seguías limpiando casas y oficinas para llevar comida a la mesa para él, para tí y tus dos hijos.

La cuarta fue enterarte de que tenías Cáncer, no uno cualquiera, sino un tipo bastante agresivo. Pero... ¡Sorpresa! Que también estás embarazada. 

La quinta fue la difícil decisión de si seguir las recomendaciones médicas de abortar para comenzar la quimio y radioterapia lo antes posible o seguir adelante con tu tercer embarazo. Y decidiste tener a tu niña. Esa niña que siempre ha estado a tu lado.

La sexta batalla fue enterrar a tus padres.

La séptima, octava, novena.. son todas esas veces que has pasado por quirófano para ir quitando tumores que iban reapareciendo.

La décima es sobrevivir a tu hijo mediano cuando le dio un infarto a sus 28 años de edad y tuviste que enterrarlo.

Y otra vez el maldito Cáncer cuando parecía que estabas limpia... Está vez con forma de aguja y cerquita de hueso. Mejor insertamos músculo de la espalda porque ya no va quedando tejido de dónde poder limpiar...

La 12 es la muerte de tu marido cuando parecía que se había rehabilitado.

Y a la 13 va la vencida, cuando tienes que volver al hospital y esta vez te mandan pastillas. 'Será algo más pequeño', pensamos. Pero una mañana no te despertabas. Una mañana supimos la verdad.

Supimos que tú diagnóstico era terminal, que habías planeado tú funeral a escondidas, que habías preparado tú despedida sin decírselo a nadie. Llenaste la casa de comida, arreglaste todo lo que se podía arreglar. Quisiste irte sin molestar. Tú sola... 

Hace dos años que te fuiste de este mundo y si pienso en tu cara solo puedo verte alegre y con una sonrisa, porque así eras tú. ¿Cómo es posible que con todas esas batallas tuvieses la fuerza para seguir? No conozco a nadie, ni creo que lo haga nunca, tan fuerte ni llena de vida... Esa vida que nos transmitías a todas ahora entiendo que es la misma que se te iba escapando. Nos la estabas regalando y no nos dimos cuenta. 

Dos años después de tu partida nos acordamos de tí, de tus chistes, de tus anécdotas y seguimos riéndonos contigo. Nos seguimos reuniendo de vez en cuando, como cuando tú nos juntabas, y te recordamos con cariño... Echándole mucho de menos. 

Hoy te dedico este post porque eres la inspiración que me da fuerzas para seguir cuando todo se pone difícil. 

Te quiero mucho tita.

Allá dónde te encuentres, espero poder abrazarte algún día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario