miércoles, 14 de diciembre de 2011

El Libro de la Energía - 04



Apartado Cuarto:
Ejercicio de concentración y uso de la energía.



Un ejercicio muy bueno y sencillo es, tapandonos los ojos para eliminar distracciones y agudizar la concentración, palpar el rostro, los brazos y finalmente las manos de otra persona.
Para ello debemos encontrarnos tranquilos y con el menor ruido posible, tratando de dejar la mente en blanco y no pensar en nada, para solo centrarnos en la energía de la persona que tengamos delante.

Nuestra mente, si se hace correctamente, comenzará a visualizar primeramente un color, puede imaginar formas, o cosas. En cualquier caso todo lo que vea, y sus cambios resultara relevante para la sintesis final. Puede que nos venga a la cabeza un lugar, como si estubiesemos alli, o un sonido, un determinado olor, o un sentimiento que nos inunde sin ser nuestro.
Puede que veamos mucho o que a penas percibamos nada, eso dependerá de nuestra perceptivilidad y de la cantidad de energía que emita la otra persona.

Todo lo que percibamos es una metáfora de su interior o de su situación actual, a la que solo la otra persona puede darle significado, incluso puede que la otra persona te lea a tí al mismo tiempo. Podriamos darle un significado nosotros mismos, pero cada persona es diferente y una misma cosa no le sugiere lo mismo a todo el mundo, como un color no transmite nunca la misma sensación a dos personas distintas.

Se trata de fundirnos y tomar una "radiografía" del otro, penetrando en su mente únicamente concentrando nuestras mentes y tocandole sus manos.



Nay Góngora, El Libro de la Energía.
P.D.: Experimento patentado por Montse Lázaro.

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